2.5.16.22.91 Cifras.

Son solo números, pero las historias se remontan a mucho, muchisimo más tiempo atrás.

Un concesionario (o un taller, no me acuerdo) como parada de autobús en una calle con tráfico. Un perro, un pequeño Yorkshire y una compañera. De mi hermana, no mía. Dos años mayor que yo.

"Cuentame al oido... (si Lucky es bueno o muy malito)". Canciones inventadas. La recuerdo porque la repetimos mucho.


Me fui. Pero las cosas no cambiaron. El diario de Hermione Granger, en el que, mientras Hermione dormía, Harry y Ron escribían la vida de Draco Malfoy (y otras paranoias) a las 3 o 4 de la madrugada. O haciendo varitas con palos de madera, con cuchillos y un poco "a escondidas" (por si nos pillaban los cuchillos). Jugando al escondite, y a Naruto, y a otras cosas. Mi jardín siempre fue grande para que las niñas jugaramos. Ver los dibujos a las 7 de la mañana pensando que eran las 8 (por el cambio de reloj), y jugar al Jenga esperando a que nos vinieran a buscar. Y otros miles de recuerdos, como el chiste de "te jodes mamá, gluglu gluglu".


Los recuerdos no son vinculantes. Ayudan a construir amistades, pero el lazo se hace más fuerte si compartes otras cosas. Opiniones hasta las tantas, puntos de vista y diferencias. FOTOLOGS (si, eso), texto, imágenes, comentarios. Cierto.... apoyo y comprensión mutuos, sin importar lo que hicieramos o el tiempo que pasara.

Porque pasó cierto tiempo. Un tiempo en el que apenas hubo comunicación, porque... no era necesaria. No suele ser necesaria.

Sin embargo, todo vuelve a la normalidad. A lo de "siempre". Las relaciones se adaptan y se fortalecen, llegando a ser irrompibles, sin importar lo que pase. Y eso es verdad, es lo que hay.


Hoy esa persona cumple 22 años. Y no me he olvidado (aunque lo parezca).

No hay comentarios:

Vistas de página en total