Y, de repente, una noticia te cambia la vida. No sabes qué pensar, qué hacer ni cómo sentirst. Tienes que ser fuerte, pero no te lo crees ni tú. Y no puedes dormir, pensando en la lluvia y en el día que te queda por delante. Porque, sabes, será el peor día de tu vida.
Y te derrumbas ya por la noche, en un único punto de apoyo, porque no puedes más. Porque, a veces, te cansas de ser fuerte. Te derrumbas. Y lloras. Lloras de verdad, por todo. Odias la lluvia, y la noche, las dos únicas cosas que desde siempre te han gustado... las odias. Por un día, por un instante... Llegas a odiarlas. La vida está llena de instantes.
Y, con el tiempo, vas odiando tambien el alcohol, y todos los problemas que causa, los que pudo causar. Y el tabaco. Y todos esos vicios "malos" que solo causan problemas, y que, a lo mejor, fueron, en parte, la causa de ese día.
Lo que puede llegar a hacer un capítulo de Cómo conocí a vuestra madre.
"Adiós, papá."
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